El poder de las estaciones, la luna y la energía femenina

La conciencia del ritmo Natural de los solsticios, los equinoccios y la luna nos proporcionan una guía para entender nuestros ritmos y ciclos. El año solar está compuesto por 4 estaciones y cada una de ellas tiene una resonancia única para la mujer. Conocerla nos proporciona la base para un trabajo personal que nos aportará equilibrio, respuestas e indudablemente un sentido y conciencia de nuestro femenino.


Las 4 estaciones te permiten, hacer un inciso en el ritmo automático en el que vivimos, parar y observar el cambio de energía estacional y honrar la transformación  a la que nos lleva cada estación. Mi consejo: dedica un tiempo el primer día (o los primeros días)de cada estación para meditar y percibir en tu entorno y en ti el influjo de esta nueva energía. Medita acerca de la parte del ciclo de la vida que representa.


Nuestro cuerpo físico, emocional, mental y astral es uno armonizado con la naturaleza, una vez tomes conciencia de ello te sentirás una con el mundo. Estarás armonizada, ¿qué significa esto? Que tus ritmos personales con los de tu entorno estarán emparejados. Y como hace poquitos días dimos la bienvenida a la primavera, en Europa, (como bien sabemos el mundo no cambia hacia la misma estación al mismo tiempo, puesto que vienen determinadas por las posiciones astronómicas del sol y de la tierra) me voy a enfocar en la energía de esta estación.
La energía de la primavera se hace notar alrededor del día 21 de marzo, esto se refleja en las plantas, los animales y también en nosotros, nuestra alma percibe una energía diferente.

¿Qué nos trae este equinoccio hacia el solsticio de verano?

Nos trae momento de crecimiento, es tiempo de poner en práctica todo eso en lo que hemos estado trabajando durante el invierno, que salga a la luz y florezca.
El equinoccio de primavera se viene relacionando desde la antigüedad, con los primeros calendarios, donde el principio del ciclo estacional, era la primavera y se la considera la primera estación del año. Con ella llegan nuevos comienzos: con la siembra, la infancia, época de potenciar, de formular deseos acerca de lo que quieres, marcar objetivos y poner el foco. La primavera la podemos asemejar al amanecer, surge una luz nueva que arropa y baña los paisajes con fuerza y vida, con una energía potente y maravillosa, llena de posibilidades, a la espera de ser realizadas. A partir de este momento, el Sol está unos minutos más cada día entre nosotros y las noches se van haciendo poco a poco más cortas.
Primavera, luna y feminidad.
Primavera es la explosión de la feminidad, es el tiempo de la doncella, la fase lunar creciente, ciclo menstruales, la pre-ovulación.

¿Eras consciente de todo lo que significa la energía estacional y la ciclicidad?

Te cuento, en la antigüedad los ciclos menstruales y lunares se han relacionado estrechamente en muchas culturas, traído que nuestro tiempo es dar conciencia y lugar a él para qué, un sentido de la importancia de la conexión con la naturaleza, a no vivir en automático.
Al mismo tiempo, existen cuatro arquetipos femeninos que se relacionan con los equinoccios y a su vez con los ciclos femeninos y lunares.
Los arquetipos son energías que disponemos y nos traen una información de pensamiento, de sensaciones físicas…
Os cuento un poquito más sobre los cuatro arquetipos y la relación con todo lo que os he compartido en este post.

  • La doncella se relaciona en el equinoccio de primavera, la fase del ciclo menstrual es la pre-ovulación, luna creciente. En este periodo la energía de la claridad, creatividad, renovación y fortaleza se pone al servicio de la feminidad.
  • La madre, equinoccio de verano, ciclo menstrual, es la ovulación, luna llena, conexión con la madre tierra, fase de sentir, dar forma a los sueños, comienza la energía del sostén.
  • La Hechicera, equinoccio de otoño, ciclo menstrual, la fase pre- menstrual, luna menguante, vamos hacia un periodo de intuición, introspección, de conexión con la sombra y las heridas.
  • Y por último, La Anciana, equinoccio de invierno, fase menstrual, luna nueva. Momento de quietud y renovación. En esta fase, el cuerpo se limpia física, mental y espiritualmente a través de la sangre, es la conexión con lo más profundo del ser.

Deseo que este post te abra la puerta a una nueva conexión desde la conciencia de tu ser y el entorno que te rodea.
En el próximo post daremos un pasito más y hablaremos de la aromaterapia en estas fases.

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Pilar Merino
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